Portobello es una calle con casitas de colores, aunque el mercado es más conocido por las antigüedades, contaba con un gran número de puestos con mucha variedad en cuanto a productos de alimentación.
Como podemos apreciar en la foto, gran cantidad de frutas
Protagonistas los frutos rojos como arándonos, cerezas, fresas, frambuesas y uvas.
Un puesto con quesos
Me ha parecido curioso, no sólo en los mercados, sino también en los supermercados la variedad de aceite de oliva y la posibilidad de probarla mojando un trocito de pan.
Igual pasaba con los vinagres y las cremas de balsámico.
Muchos tipos de panes.
Debe haber una gran afición a la flor cortada, porque en cualquier supermercado, por pequeño que fuese, así como las tiendas de las estaciones, eran frecuentes los puestos con gran cantidad de ellas.
Los puestos de verduras también estaban bien surtidos.
Un puesto de pescado en plena calle
Otro con carne
Resulta gratificante encontrarte en este mercado con el Supermercado García, en la que prácticamente todos los productos eran de origen español, eso sí, entramos a por un "potito" para el niño y no tenían. Podemos apreciar nuestro Cola Cao, que no se puede encontrar en las tiendas normales. También "el aceite de toda la vida".
Tan famosos son estos mercados, que nos encontramos con la mismísima Reina Isabel II, que no tuvo inconveniente en hacerse una foto junto a mi sobrina.
Y después de todo el día por ahí pateándonos todo y mal comiendo, que reconfortante resulta llegar a casa y tomar una buena cena española regada con un buen Rioja.
Desde aquí agradezco a Miguel y Charo su hospitalidad, así como el detalle de obsequiarme en el día de mi cumpleaños con esta estupenda tarta de fruta de la pasión. Buenísima por cierto.