La caballa es un pescado azul conocido también con el nombre de sarda, verdel o verta. Es muy apreciado por su sabor y por la consistencia de su carne. Al igual que el atún y el bonito, la caballa pertenece a la familia de los Escómbridos.
La caballa se encuadra dentro del grupo de los pescados azules debido a su contenido graso. Sin embargo, la grasa presente en la caballa es rica en ácidos grasos omega-3 que contribuyen a disminuir los niveles de colesterol y de triglicéridos en sangre y a hacer la sangre más fluida, lo que disminuye el riesgo de formación de coágulos o trombos. Además, la carne de la caballa supone una buena fuente de proteínas de alto valor biológico y contiene diferentes vitaminas y minerales.
El inconveniente de la caballa es su contenido en purinas, que en el organismo se transforman en ácido úrico, por lo que no se aconseja en caso de hiperuricemia o gota.
(Fuente: Consumer)
Ingredientes:
- 1 caballa por persona, o si son grandes media.
- 2 langostinos por persona.
- Un chorrito de aceite de oliva.
- Sal.
- Patatas.
- Cebolla.
- Sal.
- Aceite de oliva virgen extra.
Preparación:
Abrimos las caballas al medio y sacamos 2 filetes de cada una. Quitamos las espinas que puedan haber quedado. Enrollamos los filetes sobre sí mismo y ponemos un palillo para que no se abran en el horno. Ponemos en una bandeja con un par de langostinos alrededor y echamos un poquito de aceite sobre ellos.
Precalentamos el horno a 180º e introducimos 15 minutos aproximadamente.
Mientras se hacen en el horno, pelamos las patatas, las cortamos en rodajas no muy gruesas, mezclamos con la cebolla cortada en juliana y freímos en aceite no muy caliente. Cuando estén hechas, sacamos y escurrimos bien.
Para servirla, ponemos un filete de caballa y acompañamos con las patatas.