El pollo es una de las carnes más magras y económicas, al mismo tiempo que admite multitud de preparaciones.
De entre las diferentes partes del pollo, la pechuga es la que menos grasa y calorías tiene, pero en su contra tenemos que es menos jugosa que otras piezas.
A la hora de cocinarlo, aún a costa de que quede más seco, hay que cocinarlo bien para asegurar la destrucción de la salmonella, bacteria causante de la salmonelosis. Para paliar esa falta de jugosidad de la pechuga hemos optado por acompañarlo con una salsa a base de nata y vino de Oporto, aunque por contra estaremos añadiendo bastantes calorías.
Ingredientes:
- 4 Pechugas de pollo.
- 250 gr. de champiñones.
- 1 brick de nata (200 gr.)
- 120 ml. de vino de Oporto (1/2 vaso).
- 1 cebolla.
- 2 dientes de ajo.
- Aceite de oliva virgen extra.
- Sal.
- Pimienta recién molida.
Elaboración:
Salpimentar las pechugas de pollo y dorarlas por todos lados en una sartén untada con aceite. Cuando estén listas sacar y reservar al calor para que no se enfríen.
Mientras se hacen las pechugas, pelar la cebolla y los ajos y picarlas. Quitar la parte terrosa a los champiñones y limpiarlos bajo un chorro de agua fría durante el menor tiempo posible para que no absorban mucha agua. Cortarlos en trozos grandes.
En la misma sartén que hemos dorado las pechugas, añadir un poco más de aceite y sofreír la cebolla y los ajos durante 5 minutos. A continuación incorporar los champiñones y seguir cocinando otros 5 minutos más. Regar con el Oporto y subir el fuego para que se evapore el alcohol. Al cabo de un minuto aproximadamente, echar la nata, bajar el fuego y mantenerlo durante 3 o 4 minutos moviendo de vez en cuando para que espese la salsa.
Servir las pechugas acompañadas con la salsa.