Sigo con mi empeño de reivindicar este pescado que me parece uno de los más injustamente tratados. Aunque no es de los pescados que más recetas tenga en el blog, en realidad creo recordar que es la tercera, sí que es un pescado que me gusta consumir.
¿Por qué digo que se le ha tratado injustamente? Lo ilustraba muy bien hace unos días Mikel del blog El Comidista en un artículo publicado en El País, donde bajo el título Caballa muere a manos de panga nos relataba cómo cada día es más difícil encontrar este pescado en algunas pescaderías, aún siendo un pescado de un precio muy asequible.
Mikel lo achacaba a que el pescado azul, como es la caballa, tiene muchas espinas y preferimos otros tipos de pescados que venden en forma de filetes totalmente libre de espinas y piel. Entre estos los más económicos son la panga y la perca, por tanto poco a poco son los que no faltan en las pescaderías y sin embargo, algunos empezamos a echar en falta algunos pescados como la caballa, que se dejan de comercializar por falta de demanda por parte del consumidor.
Con respecto a los beneficios del consumo de la caballa no me voy a repetir, podéis echar un vistazo a la entrada de caballa en escabeche de cítricos, donde aparecen algunos de los beneficios que aporta para nuestro organismo su consumo.
En esa misma entrada expongo como principal inconveniente a la hora de consumirlo la cantidad de espinas que tiene. Os hago la misma proposición que Mikel hacía en el artículo que publicaba en El País, que es lo mismo que hice antes de meterla en escabeche en la receta anterior, que no es otra cosa que una vez abierta, coger los filetes y con una pinza como las de depilar (también valen siempre que estén limpias) ir quitando todas las espinas que veáis. No tardaréis más de 10 minutos, pero ya veréis a la hora de consumirla el gustazo que es saborear un pescado gustoso como es la caballa y además sin espinas.
Desde luego en esta entrada no voy hablar de la perca ni la panga, lo que si me gustaría es que en algunos restaurantes no te den panga por lenguado. Qué barbaridad ¿verdad?, pues ya me ha pasado, pero no solo eso, sino que además en uno de ellos a la hora de decirnos que tenían de menú, nos presentaron la panga como el lenguado si espinas. Algunos bloggers presentes en ese evento pueden corroborar esto último que os digo.
Ingredientes (para 4 personas):
- 4 caballas.
- 3 dientes de ajo.
- Unas ramitas de perejil.
- Aceite de Oliva virgen extra.
- Sal.
- 8 espárragos trigueros.
- 1 patata grande.
Elaboración:
Quitamos las tripas a las caballas y las abrimos quitándole la espina central. Una vez abiertas, con una pinza quitamos las espinas que hayan podido quedar. Lavamos bajo un chorro de agua fría y secamos con papel de cocina.
En un mortero machamos el ajo y el perejil con un poco de sal. Una vez bien machado echamos un chorrito de aceite y con esta mezcla embadurnamos los filetes de caballa. Los dejamos que se tomen durante una hora aproximadamente.
Lavamos bien la patata y la partimos en rodajas de medio centímetro de grosor aproximadamente. Lavamos y quitamos la parte dura a los espárragos. Con una brocha untamos las patatas y los espárragos con un poco de aceite y salamos.
Atravesamos las caballas con una brocheta de madera para que no se encoja la piel por efecto del calor y ponemos sobre la barbacoa. Las hacemos más por la parte de la piel y damos la vuelta y hacemos poco por la parte donde no tiene piel para que no pierda mucho jugo
Ponemos también la patata y los espárragos sobre la parrilla.
Servimos los filetes de caballa acompañados de los espárragos y las patatas.