Cuando el producto es bueno, se necesitan muy pocos ingredientes para poder saborearlo con total plenitud. Esto me ha pasado con los tomates que he utilizado en esta receta. La última vez que estuve en Garrovillas me regalaron 2 bolsas de tomate. Una me la dio Lola (aunque los tomates los mima Gudiño) y la otra Tere (en este caso es Leandro el encargado de su cuidado).
Son tomates que saben a tomate (no siempre es así) y que me ha permitido preparar unas estupendas recetas con ellos, entre ellas, esta que aquí os presento. Se trata de un milhojas de tomate y mozzarella, que ya veréis que son muy sencillos de hacer, rápidos y si los tomates son buenos como en este caso y le echamos un chorrito de un buen aceite de oliva virgen extra como el Primero Royal Temprano de Castillo de Canena, nos permite disfrutar de unos productos prácticamente en su estado puro.
Tan solo me he permitido añadirle un producto elaborado, que ha sido el queso mozzarella curado, ya sabéis, un queso italiano que se utiliza sobre todo en la elaboración de pizza, ya que funde muy bien. Es un queso que no tiene mucho sabor, lo que permite que podamos apreciar plenamente el sabor del tomate y del estupendo aceite de oliva virgen extra que he utilizado, que si tenéis oportunidad, probadlo y me contáis.
Ingredientes:
- 1 tomate por persona.
- Queso mozzarella en lonchas.
- Sal.
- Aceite de oliva virgen extra.
Elaboración:
Lavar bien los tomates, cortarlos en rodajas más bien gruesas. Salar cada rodaja e ir formado capas de tomate y queso empezando por la base del tomate.
Meter en el horno a 180º el tiempo necesario para que el queso comience a fundir. Sacar del horno y si está muy caliente esperar a que se temple un poco.
Poner en el plato y echar un buen chorro de aceite de oliva virgen extra por encima.
Os dejo una foto con el corte del tomate para que veáis como estaban por dentro, nada de tomates huecos.