Sí, ya sé que lo de la foto son espaguetis, aunque esta receta me gusta hacerla con tallarines, no me quedaban en casa y eché mano de los espaguetis.
Hacía años que no utilizaba salsa de soja en la cocina, tenía una botellita sin abrir y he aprovechado para hacer esta receta que os presento.
La salsa de soja es uno de los condimentos más antiguos del mundo y tiene su origen en China, hacia el final de la dinastía Chou. Desde mucho tiempo antes, se acostumbraba conservar las carnes por salazón. El subproducto líquido que se obtenía se aprovechaba como condimento. Cuando el budismo se propagó por el Lejano Oriente, el vegetarianismo se extendió con él, lo que llevó a que se buscaran sustitutos vegetales para los antiguos condimentos que contenían carne. Uno de estos sustitutos era una pasta salada y fermentada de granos de soja, precursora de la salsa de soja moderna. Con el tiempo su uso se propagó a otros países asiáticos, como Japón, Filipinas, Malasia, Indonesia, etc., siendo un condimento central en las cocinas de estos países. Con el proceso de globalización, la salsa de soja puede ser encontrada en los comercios, hogares y cocinas de todo el mundo, tanto en Oriente como en Occidente.
Se elabora tradicionalmente mediante la fermentación de granos de soja con trigo tostado partido, que se acomodan en bloques y se sumergen y sacan varias veces en un caldo frío de agua y sal, el proceso dura cerca de un año en ollas de barro, en ocasiones se le agregan hongos secos como champiñones. En Japón, es ilegal producir o importar salsa de soja artificial y por tanto todas las salsas de soja japonesas se elaboran al modo tradicional
Actualmente mucha de la salsa de soja que hay en el mercado es la llamada soja química, que se produce mediante hidrólisis química partiendo de harina de soja desgrasada, colorante de caramelo, jarabe de maíz u otros endulzantes, extracto de malta y en ocasiones glutamato monosódico sin ningún proceso de fermentación.
Algunas salsas de soja artificial tienen potenciales riesgos de salud debido a su contenido en sustancias que pueden ser cancerígenas y transferir defectos genéticos a la descendencia. Por todo ello, si tenemos opción, es mejor comprar la salsa de soja japonesa.
(Fuente Wikipedia)
Ingredientes (para 4 personas):
- 250 gr de gambas peladas congeladas.
- 1 zanahoria.
- 1 cebolla.
- 50 gr de pimiento verde.
- 50 gr. de bambú en láminas.
- 20 gr de setas deshidratadas 200 gr. de setas frescas.
- 250 g. de tallarines.
- Aceite de oliva virgen extra.
- Salsa de soja.
Elaboración:
Una hora antes ponemos las setas deshidratadas en agua y descongelamos las gambas peladas.
Hervimos los tallarines con un poquito de sal en abundante agua. Los dejamos al dente, los refrescamos en agua muy fría, escurrimos y reservamos.
Cortamos la cebolla, el pimiento verde y la zanahoria en juliana. Ponemos una sartén con aceite al fuego y cuando esté caliente echamos las verduras. Rehogamos a fuego fuerte removiendo continuamente.
Cuando la verdura esté un poco hecha, incorporamos las setas escurridas, el bambú y las gambas. Terminamos de hacer las verduras. No tienen que estar muy hechas, dejarlas al dente.
En la sartén donde estamos haciendo la verdura, añadimos los tallarines, un chorrito de salsa de soja y damos unas vueltas para que se mezclen todos los sabores.
Probad por si hay que añadir un poco de sal, la salsa de soja ya lleva sal, algunas marcas en exceso. Servimos enseguida.