Fiesta del Aceite Nuevo en La Boella


Desde el comienzo en este blog hemos apostado por utilizar mayoritariamente aceite de oliva virgen extra en nuestras recetas. Esa apuesta se hizo aún más firme después de pasar un fin de semana estupendo en la provincia de Jaén conociendo todo el proceso de su elaboración, desde la recogida en el campo hasta el envasado en la cooperativa.

Este año hemos tenido la suerte de poder asistir a la Fiesta del Aceite Nuevo en La Boella, donde además de disfrutar de un entorno maravilloso hemos podido volver a ver de nuevo todo este maravilloso proceso de la transformación de la aceituna en un aceite de oliva virgen extra de calidad.

Dejaré para un segundo post el tema gastronómico, del que disfrutamos muchísimo tanto en la cena que nos ofrecieron en el restaurante Arena como en la comida en restaurante Espai Fortuny, donde el chef Manu Ramírez nos preparó un menú degustación con sus platos más memorables.

La Boella es una finca que presenta un paisaje de ensueño, ubicada a 8 kilómetros de Tarragona, en ella se encuentra una masía del siglo XII, un gran centro de convenciones, un hotel boutique con restaurante gastronómico, una almazara, una bodega y una tienda gourmet.


La Fiesta del Aceite Nuevo tiene lugar en La Boella todos los años el primer día de cosecha. Consiste en un conjunto de actividades, empezando por un desayuno popular donde están presentes productos típicos de la zona, continuando con una visita guiada por la almazara, el molino, los olivares y la bodega, que terminará con una cata comentada de la primera prensada sin filtrar de los nuevos aceites de La Boella. A ella puede asistir la persona que quiera previa reserva. Si tenéis oportunidad el próximo año en su página web ofrecen información para poder asistir.

El domingo por la mañana, después del estupendo desayuno en el hotel Magnolia, partimos hacia La Boella, está muy cerquita de Reus, así que el viaje fue corto. Cuando llegamos ya estaban a pleno a pleno rendimiento las parrillas, así que hicimos un hueco a la panceta y unas ricas salchichas a la brasa. Para beber, vino producido en la misma finca.

Allí mismo se encontraban los olivos, los de La Boella son olivos pequeños, son así por la forma de recolección, una forma que no había visto nunca. Se trata de una especie de cosechadora de olivos. Pasaba la maquina por encima del olivo y toda la aceituna quedaba recogida en su interior.


Cuando se había recogido suficiente aceituna, ésta era transportada a la almazara, que se encuentra a escasos metros de donde era recolectada.

Al poco tiempo podíamos degustar ya el zumo de aceituna. Me gusta llamarlo así porque es lo que realmente es, directamente del prensado, después de separar el agua y demás partículas por centrifugación, sale el preciado líquido.


Aunque la entrada la publico hoy, esto tuvo lugar la primera semana de noviembre, así que algunos os extrañaréis que se recolecte tan pronto la aceituna, porque la mayoría estáis acostumbrados a ver la recogida entre los meses de diciembre y enero. Esto tiene que ser así si queremos obtener un aceite de calidad. Y os preguntaréis: "si esto es así, ¿por qué no se hace en todos los sitios?" La respuesta es muy sencilla: la cantidad de aceite por kilo de aceituna es mucho menor a principios de temporada, por eso en la mayoría de los sitios, la dejan hasta el final. Prefieren cantidad a calidad.

Por suerte esto está cambiando y cada vez más productores de aceite hacen esta recogida temprana. Evidentemente si la cantidad de aceite obtenida es menor, el precio tiene que ser mayor. Cada vez más consumidores valoran esto y no les importa pagar un poco más. No vamos a utilizar este aceite para freír, pero sí para una ensalada o cualquier otro plato donde el aceite sea protagonista. Os puedo asegurar que si probáis un aceite de este tipo ya no faltará en vuestra casa.

Otro de los factores que influye mucho en obtener un aceite de calidad es lo que se denomina extracción en frío, que no es otra cosa que realizar el prensado a una temperatura sobre los 25º. Si se aplica más calor, se obtiene más cantidad de aceite pero sacrificas la calidad.

En La Boella encontramos 3 variedades de aceituna: la arbequina, que es la más extendida en Cataluña, es muy suave y en mi caso estoy sustituyendo en la repostería el aceite de girasol por aceite de oliva virgen extra de esta variedad. La otra variedad es la arbosana, que es una variedad autóctona de la comunidad catalana y por último la koroneiki, variedad griega que se ha implantado en esta zona con notable éxito.


Después de la visita a la almazara donde se nos explicó todo el proceso para la obtención del aceite de oliva virgen, pudimos realizar una cata de las 3 variedades. Fue una cata muy amena, donde además se resolvió cualquier duda pudiésemos tener con respecto a este preciado líquido.
Posteriormente el turno fue el de los vinos, donde también pudimos catar productos de La Boella, en este caso dos estupendo vinos, Mas La Boella 2009 y Mas La Boella Vi de Guarda 2008.


Antes de pasar a la comida nos enseñaron el hotel, cuyas 13 habitaciones se encuentran repartidas entre un edificio de nueva construcción y la masía del siglo XII, donde se ha llevado a cabo un magnífico trabajo de restauración.
En el resto del complejo tienen una sala de convenciones con capacidad para 600 comensales y unas enormes cocinas desde donde se distribuye muchos de los platos que se sirven a los numerosos hoteles con que cuenta el grupo.
La Boella cuenta también con una tienda gourmet, donde además de poder adquirir los aceites y vinos que allí se producen, podemos encontrar más de 500 referencias de vinos de las zonas vitivinícolas más importantes del mundo.


Sin duda, La Boella es un lugar de ensueño donde poder disfrutar con todos los sentidos. 

En otra entrada os daré cuenta de lo que aconteció desde el punto de vista gastronómico propiamente dicho, haciendo un recorrido por la cena y comida que pudimos degustar, donde en la mayoría de los platos el aceite de oliva virgen extra era parte importante.

No puedo terminar la entrada sin agradecer a Paula y Esther de Acción y Comunicación y a Elena del Grupo Reside Hostelería por la estupenda acogida y por lo bien organizado que lo tenían todo, lo que nos permitió conocer y disfrutar de muchas cosas en tan poco tiempo.

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