Para este plato hemos utilizado bacalao salado que previamente habremos desalado. En el caso que queramos hacerlo en menos tiempo podemos partir del bacalao ahumado o sin ahumar que venden ya preparado y que suele venir conservado en aceite.
A mí personalmente para el carpaccio me gusta más sin ahumar. Sin embargo, la mayoría de los que venden ya preparados suelen venir ahumados. El único que conozco que no es así, es el de una empresa de León que se llama La Balinesa, aunque no es fácil de encontrar.
En el caso que optemos por comprarlo es preferible que desechemos el aceite en el que viene conservado, tanto si es de girasol como si es de oliva, ya que suele ser de mala calidad. Poner en su lugar un aceite de oliva virgen extra de calidad.
En el caso que optemos por comprarlo es preferible que desechemos el aceite en el que viene conservado, tanto si es de girasol como si es de oliva, ya que suele ser de mala calidad. Poner en su lugar un aceite de oliva virgen extra de calidad.
Ingredientes:
- 1 trozo de lomo de bacalao salado.
- 1 tomate.
- 3 aceituna negras.
- 1 cucharada de piñones.
- Aceite de oliva virgen extra.
- Sal Maldon (opcional)
Elaboración:
Lavar el bacalao para quitar el exceso de sal y ponerlo en un recipiente amplio con agua para desalarlo dentro del frigorífico como mínimo 24 horas. Cambiar el agua un mínimo de 3 veces.
Una vez desalado quitar la piel y meter en el congelador hasta que esté lo suficiente duro para cortarlo en láminas finas con un cuchillo o si disponemos de un cortafiambres mejor aún.
Partir el tomate a la mitad y sacar con una cucharita pequeña las semillas con cuidado de no romperlas mucho. Reservar.
Poner una sartén sin nada de grasa y tostar unos segundos los piñones.
Picar las aceitunas en trocitos pequeños.
Disponer las láminas finas de bacalao y sobre él echar el resto de ingredientes. Terminar un chorro generoso de aceite de oliva virgen extra.
En el caso que sea necesario poner sal Maldon.