Del cerdo, como se suele decir, hasta los andares. A mí prácticamente me gusta todo, hay piezas que suelo hacer más que otras y las manitas es de las que apenas hago y no porque no me gusten, así que hoy nos quitamos la espinita con estas manitas de cerdo guisadas.
Para este tipo de preparaciones prefiero que vengan enteras en lugar de cortadas al medio porque mantienen mejor su forma durante la cocción. En este caso no ha sido así, venían envasadas al vacío y cortadas en dos.
Es importante que estén muy limpias, últimamente vienen bastante bien, tan solo hay que repasarlas en casa un poquito y quitar algún pelillo que pueda tener.
Ingredientes:
- 4 manitas de cerdo.
- 1 cebolla.
- 2 dientes de ajo.
- 2 tomates maduros.
- 100 ml. de brandy
- 1 cucharadita de pimentón agridulce de D.O. La Vera
- 1 hoja de laurel.
- Aceite de oliva virgen extra.
- Sal.
Elaboración:
Después de limpiar bien las manitas, ponerlas en una olla con abundante agua con sal y la hojita de laurel. Cuando comience a hervir, quitar con una cuchara la espuma que se forma. A continuación cerrar la olla a presión y cocer durante unos 35 minutos aproximadamente. Cuando estén cocidas, sacar y reservar el caldo de cocción.
Mientras se cuecen las manitas, pelar la cebolla y los ajos y cortarlos en cuadraditos pequeños. Poner en una cazuela un chorrito de aceite y sofreír la cebolla y el ajo hasta que comience a estar transparente la cebolla.
Incorporar el tomate rallado y seguir cocinando hasta que el tomate presente un aspecto meloso. Apartar del fuego echar el pimentón y mover con una cuchara de madera para éste no se queme. Regar con el brandy y poner de nuevo al fuego para que evapore.
Poner las manitas sobre el sofrito anterior y mantener durante 2 minutos a fuego suave moviendo de vez en cuando para que se mezcle bien. A continuación añadir un poco del líquido de la cocción, subir el fuego y mantener cociendo durante 15 minutos. Pasado este tiempo, dar la vuelta a las manitas y dejar cocer otros 15 minutos.
Servirlas acompañadas de la salsa resultante. Tened en cuenta que hay que servirlas muy calientes porque tienen mucha gelatina y en cuanto se enfrían no son agradables de comer.